La Navidad es una época mágica, especialmente para las y los más pequeños de la casa, que disfrutan de la ilusión de luces, ferias y la llegada de Papá Noel o los Reyes Magos. Sin embargo, el exceso de regalos bajo el árbol puede convertirse en un problema que afecte al desarrollo emocional de los niños y niñas. Recibir demasiados obsequios no solo resta valor a cada uno, sino que puede fomentar actitudes como el egoísmo y el consumismo, dificultando el aprendizaje de valores como la gratitud, la humildad o la empatía. Así lo explican con más detalle desde ElPais.com en esta noticia.

El llamado «síndrome del niño hiperregalado» puede generar insatisfacción, frustración y la creencia de que la felicidad depende de lo material. Personal experto advierte que esta situación puede tener consecuencias a largo plazo, como una baja tolerancia a la frustración, celos hacia el resto o el desinterés por el tiempo de calidad en familia. Además, muchos juguetes terminan olvidados rápidamente, reforzando la idea de que no se valora lo recibido.

Para prevenir este problema, las familias deben reflexionar antes de las fiestas y llegar a acuerdos sobre la cantidad de regalos adecuada. Una comunicación respetuosa entre padres, madres, abuelas, abuelos y otros familiares es clave para evitar malentendidos y garantizar que las celebraciones prioricen el afecto, la unión y los momentos compartidos sobre el exceso de obsequios. De esta manera, la Navidad se convertirá en una experiencia enriquecedora y memorable para todos y todas.