Con el inicio de los Juegos Olímpicos en París 2024, UNICEF subraya en su siguiente artículo el poder transformador del deporte en la vida de niños y niñas en todo el mundo. Durante estos días, deportes como fútbol, baloncesto y hockey dominan las conversaciones y medios informativos, destacando cómo el deporte puede unir a las personas para cambiar la realidad de millones de niños, niñas y adolescentes y contribuir al desarrollo sostenible.

Según UNICEF, el deporte enseña habilidades vitales, promueve la salud física y mental, y les mantiene en la escuela y en ambientes seguros. Además, fomenta la inclusión y el respeto por los derechos infantiles, incluido el derecho al juego, tal como se reconoce en la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas.

El caso de Masereka Abdul, un joven de 16 años de Uganda, ilustra este impacto. Abdul utiliza el fútbol para superar dificultades personales, encontrando en el deporte un respiro y una forma de fortalecer su mente y espíritu. «Practicar deportes me ayuda a olvidar, me hace más fuerte», comparte Abdul. UNICEF apoya a jóvenes como él distribuyendo balones de fútbol y baloncesto en las escuelas para fomentar el bienestar y el desarrollo social.

UNICEF destaca que, más allá de los logros deportivos, el verdadero legado del deporte en el siglo XXI es su capacidad para contribuir al desarrollo humano y social. En un mundo de cambios rápidos, el deporte debe jugar un papel esencial en garantizar que los derechos de cada niño y niña se cumplan, promoviendo la salud, la convivencia y la solidaridad. Estos Juegos Olímpicos son una oportunidad crucial para reforzar este compromiso global.