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ElDiario.es: Sin gordas, calvas o mecanógrafas: la revisión de Roald Dahl enciende el debate

Publicado por Comunicación POIM en

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“Los niños tienen que jugar más con herramientas y juegos, dibujar y construir; tienen que sentir más emociones y no tantas preocupaciones por problemas de su tiempo”

(William Penn)

“Siembra en los niños ideas buenas aunque no las entiendan… Los años se encargarán de descifrarlas en su entendimiento y de hacerlas florecer en su corazón”

(María Montessori).

 

La RAE define el adanismo como el “hábito de comenzar una actividad cualquiera como si nadie la hubiera ejercitado anteriormente”. Es una de las características de nuestra época. Tendemos a pensar que somos los primeros en hacer algo y, lo que es aún más perjudicial, tendemos a revisar el pasado con los ojos del presente en una suerte de revisionismo histórico desmesurado.

Cuando estas actitudes se aplican a cualquier campo que impacte en la infancia, parece que nos volvemos aún más irracionales. Por eso queremos presentaron hoy una polémica de estos días que da para el debate que, pretendemos, sea sosegado.

Según pudimos leer ayer mismo en varios medios, la editorial y los herederos del escritor británico Roald Dahl (“Charlie y la fábrica de chocolate”, “Matilda”, “James y el melocotón gigante”, “Las brujas”…) han decidido cambiar ciertos términos, palabras o pasajes completos de sus obras.

El motivo esgrimido es que son términos o expresiones que pueden resultar ofensivas o hirientes o “no adecuadas” a la infancia actual.

Esto ha generado una importante polémica que puede seguirse en varios medios, nosotros os traemos el artículo de eldiario.es sobre este asunto.

Es bien cierto que la literatura infantil se ha reescrito y revisionado muchas veces a lo largo de la historia. Los cuentos que re-escribieron Esopo, los hermanos Grimm… eran relatos medievales llenos de violencia, crueldad y muy lejos de la edulcorada versión Disney. Pero tiene su sentido. Eran relatos creados en tiempos difíciles para enseñar a los niños mensajes muy crudos que les enfrentaban a su realidad y les “enseñaban” a sobrevivir.

Es cierto que los tiempos han cambiado, y que hay cuestiones que pueden tener difícil digestión en el siglo XXI (la auténtica historia de la Bella Durmiente no pasaría ni un solo filtro parental hoy día) pero esto genera debate pues, ¿realmente es beneficioso este ejercicio para las mentes de los niños? ¿No sería mejor que afrontarán los cuentos clásicos (realmente espeluznantes) y se les enseñe a sacar sus conclusiones?

Desde POI Madrid os invitamos a abrir un sano debate en el seno de vuestras entidades, entre nosotros y en vuestro propio entorno. La protección de la infancia es algo que defendemos todos, pero ¿realmente les protegemos al engañarles frente a una obra creada por un autor en un momento dado?.

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