Hoy, desde la POI Madrid hemos asistido a una intensa jornada de reflexión y diálogo sobre Participación Infantil y Adolescente organizada por la Plataforma de Infancia estatal en la sede de la ONCE de Madrid con presencia de técnicos, educadores y entidades de toda España.

Después de las presentaciones, la socióloga Marta Martínez estableció un contexto teórico para el desarrollo de la jornada de trabajo con una exposición sobre Adultocentrismo, resistencias e infancias capaces, en la que destacó el reto para entidades y profesionales de reconciliar la perspectiva de los adultos con las verdaderas necesidades de niños, niñas y adolescentes en los procesos participativos.

Más tarde, los asistentes tuvimos oportunidad de conocer cuatro experiencias de participación: Chema Lázaro, Premio Nacional de Educación 2013, experto en participación en el aula y neurodidáctica, que enfatizó el rol del entorno sociocultural y el diseño de nuestro cerebro en el desarrollo experiencial del adolescente; Silvia Vallejo, técnico de infancia y adolescencia en el Ayto. de Alcobendas, que nos habló de la participación como concepto transversal en las iniciativas municipales; Pablo Choza, técnico del proyecto Cañada Real de Cáritas Madrid, que destacó el papel de la participación inclusiva y la necesidad de involucrar a toda la población para transmitir mensajes positivos; y Silvia Casanovas, técnica de Políticas Locales de Unicef Comité Español, que nos presentó el proyecto participativo que han llevado a cabo con Eurochild y que reuníó a 700 chicos y chicas en el Parlamento Europeo el año pasado.

Finalmente, los participantes nos distribuimos en cuatro grupos de trabajo (Conceptualizando la participación; Allí donde los chicos y chicas participan; Qué motiva a la infancia a participar; y Herramientas para evaluar la participación) para debatir durante algo más de una hora sobre distintos aspectos de la Participación de NNA e identificar los retos que nuestros procesos, espacios e iniciativas de Participación Infantil y Adolescente deben enfrentar en un mundo cada más interconectado, multicultural y de experiencias emocionales virtuales.

Sin duda, una experiencia que nos acerca a la necesidad de poner a la infancia y la adolescencia en el centro de lo que hacemos y que esperemos poder repetir en próximas oportunidades para seguir avanzando en este reto de la participación infantil.