Los jóvenes españoles cada vez pasan más tiempo delante de las pantallas. ¿Es útil el debate de su restricción? (Autora: Andrea Piacquadio. Fuente: pexels.com)

Los niños y adolescentes españoles han nacido con una pantalla debajo del brazo. Los dispositivos móviles se muestran omnipresentes en nuestra sociedad y los menores no son una excepción.

El uso de redes sociales y su exposición a ellas están detrás de muchos problemas mentales y/o de socialización según los expertos y la literatura científica al respecto.

Esto nos supone un reto a los padres, educadores y entidades que trabajamos con y para ellos pues, ¿es recomendable restringir su uso? ¿Cómo y de qué forma hacerlo?

Hoy os traemos dos noticias sacadas del informativo de RTVE que abordan esta temática pues el estado de Utah, en Estados Unidos, ya ha regulado por ley este uso.

Este hecho abre el debate que lanzábamos unas líneas más arriba en forma de pregunta y que la televisión pública ha mostrado desde diferentes ópticas en otro reportaje de apenas minuto y medio en su informativo de las 15h.

Y es que la ley del Estado de Utah ha aprobado una ley por la que se aumenta el control parental y se limita el uso de las redes sociales a los menores. Unas medidas discutidas en el caso de nuestro país, pues suponen una intromisión en la privacidad de los menores. Una privacidad que protege la ley exactamente igual que en el caso de los adultos, por lo que, ¿resulta lícito conocer las contraseñas de nuestros hijos e hijas y leer sus mensajes en redes?

¿Es apropiado? ¿Puede producir efectos indeseados?

¿Cómo reaccionaríamos nosotros ante una violación semejante de nuestras comunicaciones privadas?

Un debate que presenta muchas aristas y variables a tener en cuenta y que, al menos por lo que parece en las leyes norteamericanas aprobadas o en proceso de ello, no contemplan una de las principales: la educación.

Y es que es esencial el educar a los menores en el uso de una herramienta que puede resultar tremendamente útil para su desarrollo pero que conlleva muchísimos peligros.

Al fin y al cabo, ¿dejaríamos a un niño pequeño un cuchillo sin explicarle cómo se usa adecuadamente y lo dejaríamos sin vigilancia?. Pues eso.